Esta Semana Santa he estado en el pueblo con mis padres, y desde allí hemos aprovechado para subir a la Laguna Grande de Gredos.
El Circo desde Poyales del Hoyo
A pesar del madrugón, de lo mal que lo paso subiendo y bajando por mis rodillas, de la ampolla que me ha hecho la bota, y de alguna cosa más, mereció la pena subir. Fue uno de esos días increíbles de sol, completamente despejado, con el frío justo para que la nieve este dura para no hundirte en ella, y que vuelves con la cara y el cuello completamente quemados.
El verano pasado subí después de mucho tiempo, y al bajar, juraba y prometía que jamás volvería a subir, ya que el camino lo han arreglado y es todo de piedra ahora (como una calzada romana), pero después de esta vez he dicho que si vuelvo será solo en invierno. La nieve, aunque también es dura, es más cómoda para mis rodillas y hace mucho más impresionante si cabe, el paisaje.
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