domingo, 28 de marzo de 2010

Último día de viaje: Agra y vuelta a New Delhi

Me faltaba por contaros el último día de viaje en la India: las últimas horas en Agra y la vuelta en tren a New Delhi.
Empezamos el viernes visitando el Itmad-ud-daulah (o mini Taj Mahal), que es donde están enterrados los suegros del emperador Sah Jahan y padres de Mumtaz. Está también a las orillas del río Yamuna, de estructura similar a la del Taj Mahal, también impresiona, aunque de forma distinta a la del Taj Mahal. Por supuesto, también hay que quitarse los zapatos para entrar aquí. 
 Al igual que en el Taj Mahal, la fachada está hecha de mármol, que tiene dibujos hechos con piedras incrustadas en él. 
Recuerdo que aquí unos críos nos pidieron chocolate, no querían que les diesemos dinero, querían chocolate o caramelos. Eso se me ha quedado clavado. Es algo que aquí estamos hasta las narices de comer todos los días, y ellos lo andan pidiendo a los turistas... 
Algo importante, para conservar templos como el Taj Mahal, o el Itmad-ud-daulah, en Agra hace como 40 años que no permiten que se instale ninguna industria, ya que la excesiva contaminación puede provocar que el mármol cambie de color o sufra desperfectos.
Después toco el Fuerte Rojo, lleno de palacios y estancias, desde las que se ve el río y el Taj Mahal. 
Del fuerte rojo, lo que más recuerdo que me impresionó fue la muralla. Eres una hormiga en comparación. Afortunadamente en este fuerte no hay tiendas como en el de New Delhi, pero hay algún que otro mono, que sale muy mono en las fotos :)


Por la tarde después de la comida, que yo creo que fue el hotel donde más india era la comida, picaba lo que no estaba escrito, estuvimos en el Ashram de la Madre Teresa de Calcuta. Algo que me dejo a mi un poco baja de ánimo, fue lo que peor llevé de todo el viaje. Pero para que me fuese de la India con un buen sabor de boca Macu, me animó a ir a dar una vuelta en Tuc-tuc o mosquito, con Jesús (su marido), el tito Tomasino y Ana (otra compi del viaje). Y fue un buen final para Agra, porque el conductor nos llevó por la parte menos turística, por la parte del mercado de frutas y verduras, su zona por decirlo así, creo que éramos los únicos turistas. 
El viaje entre Agra y New Delhi lo hicimos en tren, pero en un tren de los buenos, no de los que llevan barrotes y la gente se cuelga por fuera. Era la alta velocidad de allí, con botella de agua y cena gratis, además de con derecho a cucaracha en el vagón también... Impresionante las ratas indias, enormes, y la zona de las vías de la estación de tren estaban hasta arriba, por eso no entendí que mis "marus" montasen el número en el vagón porque vieron algo parecido a una cucaracha, cuando habían estado rodeadas de ratas en el andén esperando al tren. No os puedo contar mucho de la experiencia en tren, porque fuí dormida todo el camino. Ya mi cuerpo estaba que no podía más. 
Al llegar a New Delhi, nos recibió un super atasco, cena rápida en un hotel en el que había jamón y salchichón!!!, y de allí al aeropuerto... 
Por cierto, impresionantes las medidas de seguridad en el aeropuerto: la primera vez que me abren la mochila al pasar el control, mujeres por un lado y hombres por otro... Tardé más de media hora en pasar el control.
Y con la llegada a Madrid, otra vez, se acaba la India.... Pero volveré!!!

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